| ¡¡¡ AVANTI!!! |
| Si te postran diez veces, te levantas otras diez, otras cien, otras quinientas... No han de ser tus caídas tan violentas ni tampoco por ley, han de ser tantas. Con el hambre genial con que las plantas asimilan el humus avarientas, deglutiendo el rencor de las afrentas se formaron los santos y las santas Obsesión casi asnal para ser fuerte, nada mas necesita la criatura. y en cualquier infeliz se me figura que se rompen las garras de la suerte... ¡ todos los incurables tienen cura cinco segundos antes de la muerte! |
| ¡¡¡PIU AVANTI!!! |
| No te des por vencido, ni aun vencido, no te sientas esclavo, ni aún esclavo; trémulo de pavor, piénsate bravo, y arremete feroz, ya mal herido. Ten el tesón del clavo enmohecido, que ya viejo y ruin vuelve a ser clavo; no la cobarde intrepidez del pavo que amaina su coraje al primer ruido. Procede como Dios que nunca llora, o como Lucifer que nunca reza, o como el robledal, cuya grandeza necesita del agua y no la implora... ¡que muerda y vocifere vengadora ya rodando en el polvo tu cabeza! |
sábado, 27 de noviembre de 2010
martes, 16 de noviembre de 2010
Ganador y Perdedor....
Un ganador sabe que el resultado de las cosas depende de él.
Un perdedor cree que la mala suerte sí existe.
Un ganador trabaja muy fuerte y se genera mas tiempo para sí mismo.
Un perdedor esta siempre "muy ocupado" y no tiene tiempo ni para los suyos.
Un ganador enfrenta los retos uno a uno.
Un perdedor le da vueltas y no se atreve a intentarlo.
Un ganador se compromete, da su palabra y la cumple.
Un perdedor hace promesas, no asegura nada y cuando falla solo se justifica.
Un ganador dice: "Yo soy bueno, pero voy a ser mejor".
Un perdedor dice: "Yo no soy tan malo como lo es mucha otra gente".
Un ganador escucha, comprende y responde.
Un perdedor solo espera hasta que le toque su turno para hablar.
Un ganador respeta a aquellos que son mejores que él y trata de aprender algo de ellos.
Un perdedor se resiste con aquellos que son mejores que él y solo se fija en sus defectos.
Un ganador se siente responsable por algo más que su trabajo solamente.
Un perdedor no se compromete y siempre dice, "Yo sólo hago mi trabajo"
Un ganador dice, "Debe haber una mejor forma de hacerlo..."
Un perdedor dice, "Esta es la manera en que siempre lo hemos hecho".
Un ganador es parte de la solución.
Un perdedor es parte del problema.
Un ganador se fija en "cómo se ve la pared en su totalidad".
Un perdedor se fija "en el ladrillo que le toca colocar".
Un perdedor cree que la mala suerte sí existe.
Un ganador trabaja muy fuerte y se genera mas tiempo para sí mismo.
Un perdedor esta siempre "muy ocupado" y no tiene tiempo ni para los suyos.
Un ganador enfrenta los retos uno a uno.
Un perdedor le da vueltas y no se atreve a intentarlo.
Un ganador se compromete, da su palabra y la cumple.
Un perdedor hace promesas, no asegura nada y cuando falla solo se justifica.
Un ganador dice: "Yo soy bueno, pero voy a ser mejor".
Un perdedor dice: "Yo no soy tan malo como lo es mucha otra gente".
Un ganador escucha, comprende y responde.
Un perdedor solo espera hasta que le toque su turno para hablar.
Un ganador respeta a aquellos que son mejores que él y trata de aprender algo de ellos.
Un perdedor se resiste con aquellos que son mejores que él y solo se fija en sus defectos.
Un ganador se siente responsable por algo más que su trabajo solamente.
Un perdedor no se compromete y siempre dice, "Yo sólo hago mi trabajo"
Un ganador dice, "Debe haber una mejor forma de hacerlo..."
Un perdedor dice, "Esta es la manera en que siempre lo hemos hecho".
Un ganador es parte de la solución.
Un perdedor es parte del problema.
Un ganador se fija en "cómo se ve la pared en su totalidad".
Un perdedor se fija "en el ladrillo que le toca colocar".
Hubo una época en que todo era más fácil.
Tu mamá decidía que ropa te ponías.
Te peinaba.
Te cuidaba.
Y cuando tenias hambre, solo llorabas.
Ibas a ser abogado.
O tal vez ingeniero.
Pero un día, sin que te dieras cuenta, creciste.
Y aprendiste a decir que no.
No te conformaste.
Empezaste a tomar tus propias decisiones.
Y sentiste que querías cometer tus propios errores.
Entonces tomaste el camino mas difícil.
El que no estaba hecho.
Te dedicaste a lo que realmente querías.
Te animaste a ser distinto.
Escuchaste a esa voz que te salía de adentro.
Y por primera vez sentiste que podías.
Era tu lucha.
Tu convicción.
Y sin dudarlo arriesgaste todo lo que tenias.
Por que en el fondo, sabias
que había algo mucho peor que fracasar.
No haberlo intentado.
Tu mamá decidía que ropa te ponías.
Te peinaba.
Te cuidaba.
Y cuando tenias hambre, solo llorabas.
Ibas a ser abogado.
O tal vez ingeniero.
Pero un día, sin que te dieras cuenta, creciste.
Y aprendiste a decir que no.
No te conformaste.
Empezaste a tomar tus propias decisiones.
Y sentiste que querías cometer tus propios errores.
Entonces tomaste el camino mas difícil.
El que no estaba hecho.
Te dedicaste a lo que realmente querías.
Te animaste a ser distinto.
Escuchaste a esa voz que te salía de adentro.
Y por primera vez sentiste que podías.
Era tu lucha.
Tu convicción.
Y sin dudarlo arriesgaste todo lo que tenias.
Por que en el fondo, sabias
que había algo mucho peor que fracasar.
No haberlo intentado.
viernes, 12 de noviembre de 2010
SIEMPRE para adelante...
La piel se arruga.
El pelo se vuelve blanco.
Los días se convierten en años.
Pero lo importante no cambia.
Tu fuerza.
Tu convicción.
No tienen edad.
Tu espíritu es el plumero de cualquier telaraña.
Detrás de cada línea de llegada, hay una de partida.
Detrás de cada logro, un nuevo desafío.
Mientras estés vivo.
Si extrañas lo que hacías voleve a hacerlo.
No vivas de fotos amarillas.
Seguí aunque todos esperen que abandones.
No dejes que se oxide el hierro que hay en vos.
Hace que en vez de lastima te tengan respeto.
Cuando por los años no puedas correr, trota.
Cuando no puedas trotar, camina.
Cuando no puedas caminar, usa un bastón.
Pero nunca, nunca te detengas.
El pelo se vuelve blanco.
Los días se convierten en años.
Pero lo importante no cambia.
Tu fuerza.
Tu convicción.
No tienen edad.
Tu espíritu es el plumero de cualquier telaraña.
Detrás de cada línea de llegada, hay una de partida.
Detrás de cada logro, un nuevo desafío.
Mientras estés vivo.
Si extrañas lo que hacías voleve a hacerlo.
No vivas de fotos amarillas.
Seguí aunque todos esperen que abandones.
No dejes que se oxide el hierro que hay en vos.
Hace que en vez de lastima te tengan respeto.Cuando por los años no puedas correr, trota.
Cuando no puedas trotar, camina.
Cuando no puedas caminar, usa un bastón.
Pero nunca, nunca te detengas.
Carta de M.J al baloncesto
Querido Basketball:
Han pasado casi 28 años desde el primer día que nos conocimos. 28 años desde que te vi en el fondo de nuestro garage. 28 años desde que mis padres nos presentaron.
Si alguien me hubiese dicho lo que seria de nosotros, no le hubiese creído. Yo solamente aprendí tu nombre.
Luego comencé a verte alrededor del barrio y te vi en televisión. Yo solía verte con muchachos en la cancha. Pero cuando mi hermano mayor comenzó a prestarte más atención, comencé a fascinarme. Tal vez eras diferente.
Nosotros nos divertimos algunas veces. Cuanto más te conocía, más me gustabas. Y como cosas de la vida, cuanto finalmente me interese en vos, cuando finalmente estaba preparado para que se vuelva algo serio, tú me dejaste afuera. Me dijiste que no era lo suficientemente bueno.
Yo estaba shockeado. Estaba herido. Creo que hasta lloré.
Luego te deseé mucho más que antes. Por lo tanto practique. Me exigí. Trabajé en mi juego. Pases. Pique. Tiro. Pensamiento. Corrí. Hice sentadillas. Hice flexiones de brazo. Hice abdominales. Levanté pesas. Te estudié. Yo comencé a enamorarme y tú lo notaste. Al menos eso es lo que el entrenador Smith dijo.
Al comienzo yo no estaba seguro de lo que estaba pasando exactamente. Pero ahora lo sé. El entrenador Smith me estaba enseñando cómo amarte, cómo escucharte, cómo entenderte, cómo respetarte y cómo apreciarte. Luego sucedió. Aquella noche, en el superdomo de Louisiana, en los segundos finales de la final del campeonato contra Georgetown, me encontraste en la esquina y bailamos.
Desde entonces te convertiste en mucho más que solo una pelota para mí. Te convertiste en más que una cancha. Más que un simple aro. Más que en un par de zapatillas. Mucho más que un simple juego.
En algunos aspectos, te convertiste en mi vida. Mi pasión. Mi motivación. Mi inspiración.
Sos mi fan más grande y mi más duro crítico. Mi mejor amigo y mi aliado más fuerte. Mi profesor más desafiante y mi estudiante más cariñoso. Sos mi esencial compañero de equipo y mi competidor más feroz. Vos sos mi pasaporte por el mundo y mi visa en los corazones de millones.
Tanto ha cambiado desde el primer día que nos conocimos, y cuánto tengo que agradecerte. Así que si nunca me escuchaste decirlo antes, déjame decirlo ahora para que el mundo lo escuche. Gracias. Gracias, Basketball. Gracias por todo.
Gracias por todos los jugadores que llegaron antes que yo. Gracias por todos los jugadores que fueron a batalla conmigo. Gracias por los campeonatos y los anillos. Gracias por los Juegos de las Estrellas y por los Playoffs. Gracias por los últimos tiros rompiendo la chicharra, las duras faltas, las victorias y las derrotas. Gracias por hacerme ganar mi cuidado. Gracias por el #23. Gracias por Carolina del Norte y por Chicago. Gracias por el sobrenombre. Gracias por los movimientos y los tiempos pasados. Gracias por la conquista del Slam Dunk. Gracias por la voluntad y la determinación, el corazón y el alma, el orgullo y el coraje. Gracias por los espíritus competitivos y las competiciones que enfrenté. Gracias por las fallas y las contrariedades, las bendiciones y los aplausos. Gracias por la escuadra. Gracias por el baseball y los Barons. Gracias por perdonarme. Gracias por los asistentes, los entrenadores, y los terapeutas físicos. Gracias por los publicadores, los referís, los escritores, los reporteros, por las radiodifusoras y las estaciones de radio. Gracias por los Pistons y los Lakers, los Cavs y los Knicks, los Sixers y los Celtics. Gracias por Phoenix, Portland, Seattle y Utah. Gracias por los Wizards. Gracias por los creyentes y los dudosos. Gracias por el entrenados Smith, Loughery, Albeck, Collins y Jackson. Gracias por la educación y la experiencia. Gracias por enseñarme el juego por detrás, por debajo, por dentro, por encima y por alrededor...... el juego juego. Gracias por todos los fans que alguna vez hallan dicho mi nombre, unidos sus manos por mi y mis compañeros de equipo, que me hallan chocado los cinco o me hallan dado palmadas en la espalda. Gracias por todo lo que le diste a mi familia. Gracias por la luna y las estrellas, y por último pero no por menor, gracias por Bugs y los marcianos.
Yo sé que no soy el único que te ama. Yo sé que obtuviste amor mucho antes que yo y que tendrás mucho más. Pero también se que lo que nosotros tuvimos fue único. Especial. Por lo tanto como nuestras relaciones cambiarán, como sucede con todas las relaciones, una cosa es segura.
Te amo, Basketball. Amo todo lo que se relacione a vos y siempre lo haré. Mis días de juego en la NBA terminaron definitivamente, pero nuestra relación nunca acabará.
Con amor y respeto, Michael Jordan #23
Han pasado casi 28 años desde el primer día que nos conocimos. 28 años desde que te vi en el fondo de nuestro garage. 28 años desde que mis padres nos presentaron.
Si alguien me hubiese dicho lo que seria de nosotros, no le hubiese creído. Yo solamente aprendí tu nombre.
Luego comencé a verte alrededor del barrio y te vi en televisión. Yo solía verte con muchachos en la cancha. Pero cuando mi hermano mayor comenzó a prestarte más atención, comencé a fascinarme. Tal vez eras diferente.
Nosotros nos divertimos algunas veces. Cuanto más te conocía, más me gustabas. Y como cosas de la vida, cuanto finalmente me interese en vos, cuando finalmente estaba preparado para que se vuelva algo serio, tú me dejaste afuera. Me dijiste que no era lo suficientemente bueno.
Yo estaba shockeado. Estaba herido. Creo que hasta lloré.
Luego te deseé mucho más que antes. Por lo tanto practique. Me exigí. Trabajé en mi juego. Pases. Pique. Tiro. Pensamiento. Corrí. Hice sentadillas. Hice flexiones de brazo. Hice abdominales. Levanté pesas. Te estudié. Yo comencé a enamorarme y tú lo notaste. Al menos eso es lo que el entrenador Smith dijo.
Al comienzo yo no estaba seguro de lo que estaba pasando exactamente. Pero ahora lo sé. El entrenador Smith me estaba enseñando cómo amarte, cómo escucharte, cómo entenderte, cómo respetarte y cómo apreciarte. Luego sucedió. Aquella noche, en el superdomo de Louisiana, en los segundos finales de la final del campeonato contra Georgetown, me encontraste en la esquina y bailamos.
Desde entonces te convertiste en mucho más que solo una pelota para mí. Te convertiste en más que una cancha. Más que un simple aro. Más que en un par de zapatillas. Mucho más que un simple juego.
En algunos aspectos, te convertiste en mi vida. Mi pasión. Mi motivación. Mi inspiración.
Sos mi fan más grande y mi más duro crítico. Mi mejor amigo y mi aliado más fuerte. Mi profesor más desafiante y mi estudiante más cariñoso. Sos mi esencial compañero de equipo y mi competidor más feroz. Vos sos mi pasaporte por el mundo y mi visa en los corazones de millones.
Tanto ha cambiado desde el primer día que nos conocimos, y cuánto tengo que agradecerte. Así que si nunca me escuchaste decirlo antes, déjame decirlo ahora para que el mundo lo escuche. Gracias. Gracias, Basketball. Gracias por todo.
Gracias por todos los jugadores que llegaron antes que yo. Gracias por todos los jugadores que fueron a batalla conmigo. Gracias por los campeonatos y los anillos. Gracias por los Juegos de las Estrellas y por los Playoffs. Gracias por los últimos tiros rompiendo la chicharra, las duras faltas, las victorias y las derrotas. Gracias por hacerme ganar mi cuidado. Gracias por el #23. Gracias por Carolina del Norte y por Chicago. Gracias por el sobrenombre. Gracias por los movimientos y los tiempos pasados. Gracias por la conquista del Slam Dunk. Gracias por la voluntad y la determinación, el corazón y el alma, el orgullo y el coraje. Gracias por los espíritus competitivos y las competiciones que enfrenté. Gracias por las fallas y las contrariedades, las bendiciones y los aplausos. Gracias por la escuadra. Gracias por el baseball y los Barons. Gracias por perdonarme. Gracias por los asistentes, los entrenadores, y los terapeutas físicos. Gracias por los publicadores, los referís, los escritores, los reporteros, por las radiodifusoras y las estaciones de radio. Gracias por los Pistons y los Lakers, los Cavs y los Knicks, los Sixers y los Celtics. Gracias por Phoenix, Portland, Seattle y Utah. Gracias por los Wizards. Gracias por los creyentes y los dudosos. Gracias por el entrenados Smith, Loughery, Albeck, Collins y Jackson. Gracias por la educación y la experiencia. Gracias por enseñarme el juego por detrás, por debajo, por dentro, por encima y por alrededor...... el juego juego. Gracias por todos los fans que alguna vez hallan dicho mi nombre, unidos sus manos por mi y mis compañeros de equipo, que me hallan chocado los cinco o me hallan dado palmadas en la espalda. Gracias por todo lo que le diste a mi familia. Gracias por la luna y las estrellas, y por último pero no por menor, gracias por Bugs y los marcianos.
Yo sé que no soy el único que te ama. Yo sé que obtuviste amor mucho antes que yo y que tendrás mucho más. Pero también se que lo que nosotros tuvimos fue único. Especial. Por lo tanto como nuestras relaciones cambiarán, como sucede con todas las relaciones, una cosa es segura.
Te amo, Basketball. Amo todo lo que se relacione a vos y siempre lo haré. Mis días de juego en la NBA terminaron definitivamente, pero nuestra relación nunca acabará.
Con amor y respeto, Michael Jordan #23
jueves, 11 de noviembre de 2010
El Miedo....
Demasiadas veces tenemos miedo.
Miedo de lo que podríamos no ser capaces de hacer.
Miedo de lo que podrían pensar si lo intentamos.
Dejamos que nuestros temores se apoderen de nuestras esperanzas.
Decimos que no cuando queremos decir que si.
Nos callamos cuando queremos gritar.
Y gritamos con todos, cuando deberíamos cerrar la boca.
¿Por qué?
Después de todo solo vivimos una vez.
No hay tiempo de tener miedo.
Entonces basta.
Hace algo que nunca hiciste.
Atrévete.
Olvídate de que te están mirando.
Intenta la jugada imposible.
Corre el riesgo.
No te preocupes por ser aceptado.
No te conformes con ser uno más.
Nada te ata.
Nadie te obliga.
Se vos mismo.
No tenés nada que perder.
Y todo, Todo por ganar.
Miedo de lo que podríamos no ser capaces de hacer.
Miedo de lo que podrían pensar si lo intentamos.
Dejamos que nuestros temores se apoderen de nuestras esperanzas.
Decimos que no cuando queremos decir que si.
Nos callamos cuando queremos gritar.
Y gritamos con todos, cuando deberíamos cerrar la boca.
¿Por qué?
Después de todo solo vivimos una vez.
No hay tiempo de tener miedo.
Entonces basta.
Hace algo que nunca hiciste.
Atrévete.
Olvídate de que te están mirando.
Intenta la jugada imposible.
Corre el riesgo.
No te preocupes por ser aceptado.
No te conformes con ser uno más.
Nada te ata.
Nadie te obliga.
Se vos mismo.
No tenés nada que perder.
Y todo, Todo por ganar.
miércoles, 10 de noviembre de 2010
El Mañana
“La palabra más destructora de la vida de todas es la palabra mañana”. El pobre, el fracasado, el infeliz y el enfermo (tener sobrepeso o ser flaco podría ajustarse perfectamente a este ejemplo) son los que más usan la palabra mañana. Estas personas a menudo dicen: “Comenzaré mi dieta mañana”. O, “Comenzaré a invertir mañana”. O, “Comenzaré a aprender mañana”. Y así sucesivamente. La palabra mañana es la palabra que destruye más vidas que cualquier otra palabra.
“El problema con el mañana es que nunca he visto un mañana”
V O L U N T A D !
Muchas veces creemos en el destino.
Rezamos.
Esperamos que las cosas pasen.
Y nos olvidamos de lo más importante.
Creer en nosotros mismos.
Nos conformamos.
En vez de arriesgarnos.
Sin pensar que cada día que pasa, nunca volverá.
Nada esta escrito.
Nada esta hecho.
Nada es imposible.
Ni siquiera lo imposible.
Todo depende de nuestra voluntad.
De esa fuerza que nos sale de adentro.
De decir “si, puedo” a cada desafío.
Tenemos el poder.
Cuando estamos decididos,
no hay obstáculo capaz de interponerse.
Si queremos, podemos llegar más lejos.
Si queremos, podemos llegar más alto.
Si queremos, podemos hacer lo que sea.
Solo hay que proponérselo!
Rezamos.
Esperamos que las cosas pasen.
Y nos olvidamos de lo más importante.
Creer en nosotros mismos.
Nos conformamos.
En vez de arriesgarnos.
Sin pensar que cada día que pasa, nunca volverá.
Nada esta escrito.
Nada esta hecho.
Nada es imposible.
Ni siquiera lo imposible.
Todo depende de nuestra voluntad.
De esa fuerza que nos sale de adentro.
De decir “si, puedo” a cada desafío.
Tenemos el poder.
Cuando estamos decididos,
cuando estamos convencidos,
cuando de verdad queremos algo,no hay obstáculo capaz de interponerse.
Si queremos, podemos llegar más lejos.
Si queremos, podemos llegar más alto.
Si queremos, podemos hacer lo que sea.
Solo hay que proponérselo!
I ♥ This Game
Estan los que usan la misma ropa.
Estan los que llevan amuletos.
Los que hacen promesas.
Los que imploran el cielo.
Los que creen en supersticiones.
Estan los que siguen corriendo cuando les tiemblan las piernas.
Los que siguen jugando, cuando se les acaba el aire.
Los que siguen luchando cuando todo parece perdido.
Como si cada vez fuera la ultima vez.
Convencidos que la vida misma es un desafio.
Sufren pero no se quejan.
El sudor se seca.
El cansancio termina.
Pero hay ALGO que NUNCA desaparecera:
La satisfaccion de haberlo logrado.
En sus cuerpos hay la misma cantidad de musculos.
En sus venas la misma sangre.
Los que los hace diferente es su espiritu.
La determinacion de alcansar la cima.
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)




